Ahora con el boom de películas como Avatar, los cines proyectan a diario películas en formato de 3D, pero esta moda tiene unos riesgos, riesgos para nuestra salud. Si bien es cierto que hay efectos que son transitorios como visión borrosa, mareos o cefaleas que cesan con el transcurso de la proyección o, lo que es lo mismo, hasta que nuestro ojo se acostumbre a la filtración de colores tridimensionales; existen otras patologías que podemos llevarnos a casa.
INFECCIONES: Antes en los cines te regalaban las típicas gafas de cartón, pero como ahora la industria avanza a pasos agigantados, existen varios modelos de gafas 3D que dependiendo de la tecnología empleada en la proyección del cine se utilizan diferentes modelos, así se ha difundido la utilización de diferentes gafas en las salas de cine que NO son de un solo uso, es decir, que van de mano en mano o de ojo en ojo, en este caso.
Si no hay una desinfección adecuada entre sesión y sesión hay posibilidad de que el espectador anterior nos contagie alguna enfermedad en los ojos o en la piel, como pueden ser los incómodos hongos o una infección ocular -conjuntivitis-.
Debemos apuntar que no todo el mundo puede beneficiarse de las proyecciones en 3D, ya que las personas con problemas oculares que no les permiten la correcta visión en relieve (ojo vago, estrabismo, disfunción binocular) no pueden disfrutar de este formato. Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) tampoco es recomendable el uso de gafas en 3D en menores de 6 años, ya que todavía no tienen maduros sus mecanismos de visión binocular, es decir, de ambos ojos.
imagen: xataka.com
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