Hoy se cumplen cien años del nacimiento de Margarita Carmen Cansino, más conocida como Rita Hayworth, una de las eternas estrellas del cine clásico de Hollywood. Es imposible hablar de Rita Hayworth sin acordarnos de Gilda, pero es necesario hablar de su biografía para entender por qué el personaje que le dio la eternidad es precisamente el que más daño le hizo.
La relación de Rita con los hombres nunca fue fácil. Su padre, que como hemos mencionado antes le hacía pasar por su mujer, abusó de ella desde la adolescencia, un hecho que le marcó durante toda su vida. Después de que Rita Hayworth protagonizara Gilda, se convirtió en uno de los mayores mitos eróticos de la historia del cine, lo que le llevó a decir una de sus frases más recordadas, sino la que más:
Todos los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan conmigo
Esta frase encierra mucha más importancia de lo que parece, pues esa fue su relación con los hombres toda su vida. Se casó hasta en cinco ocasiones. Su primer marido fue Edward Judson, un hombre que le doblaba la edad y que le permitió escapar del infierno que estaba viviendo con su padre. Edward, gracias a sus contactos, fue quien le puso en contacto con la productora Columbia. Tiempo después Rita se convertiría en su estrella más cotizada. Como dijo Frank Sinatra: Rita Hayworth es la Columbia.
Convertida ya en una estrella e icono tras la película Gilda, Rita se casó con el cineasta Orson Welles, con quien tuvo a su hija Rebecca. Sin embargo, tras el estreno de La dama de Shanghai y tras las numerosas infidelidades de Welles, terminaron divorciándose. Su tercer marido fue el príncipe Alí Khan. Su boda sigue siendo todavía ahora una de las más recordadas de la época. Se casaron en la Costa Azul y a la ceremonia fueron tanto estrellas del cine como príncipes y un emir. Se dice que la decoración incluía treinta mil rosas y una piscina con mil litros de agua de colonia. Con Alí Khan tuvo a su segunda hija, Yasmine. Pero, una vez más, tras innumerables infidelidades, terminó divorciándose de él.
Después de los tres matrimonios fallidos, Rita entró en un espiral de amores pasajeros, incluyendo dos matrimonios, con sus dos divorcios, con el cantante y actor Dick Haymes y con el director James Hill.
No cabe duda de que tanto la carrera cinematográfica de Rita Hayworth como su imagen de mito erótico se consolidó gracias a su papel en Gilda, de Charles Vidor. De esta película se pueden destacar dos escenas que ya se han convertido en leyendas. La primera de ellas es en la que Rita canta la ya mítica canción Put the blame on Mame con un ‘striptease’ que marcaría toda una época. En él, lo único que se quita es un guante, pero todo lo que le rodeaba era tan sensual y erótico que inmediatamente se convirtió en un auténtico revuelo. Inmediatamente después viene la bofetada que su pareja en la película, Glenn Ford, le da a Rita Hayworth. Probablemente estamos hablando de la bofetada más famosa de la historia del cine. Esta dos imágenes fueron todo un atrevimiento en muchos países, por lo que terminó siendo censurada en alguno de ellos. En España, aunque no fue censurada ni la película ni la escena, en contra de lo que se creyó en ese momento, fue tachada de ‘gravemente peligrosa’ por parte de la Iglesia Católica.
Tras el éxito mundial de esta película, en 1947 rueda junto a su entonces marido, Orson Welles, una de las cintas más aplaudidas por la crítica: La dama de Shanghái. En su momento fue poco valorada, pero con el paso de los años se convirtió en un clásico y en una película imprescindible de la época dorada de Hollywood. Tras estas dos películas, las más importantes de su carrera, le siguieron títulos como Los amores de Carmen, La dama de Trinidad, Salomé, Pal Joey o Mesas separadas, pero ninguna pudo alcanzar el nivel Gilda o La dama de Shanghái, si cabe destacar que Rita Hayworth nunca estuvo nominada a los premios Oscars.