No hay nadie que ya le reconozca después de haber interpretado a dos personajes, que ya forman parte de la historia de la televisión reciente de España. Lo han visto en Aquí no hay quién viva y durante más de una década en La que se avecina. Forjado en el teatro, ha causado sensación con la exitosa obra Juguetes Rotos. En cine, ha dado oportunidades a nuevos talentos como Fernando Osuna Mascaró, con el thriller independiente, Deus Ex Machina (2016). Y también hemos contemplado su faceta más dramática en el ámbito del cortometraje con trabajos como Sin ti (2018), Cariño (2018) o La habitación blanca (2019). Humilde, cariñoso, trabajador y emprendedor; con todos vosotros, el ganador del Premio Max de teatro y del Premio Unión de Actores al Mejor Actor Protagonista de teatro, Nacho Guerreros.
Mi estado era de miedo, incredulidad y mucha ilusión ante lo que tenía por delante. Había conseguido mi objetivo de llegar a Madrid a estudiar lo que yo quería, aunque no sabía todavía las dificultades que me encontraría a posteriori.
Sí, yo estudié con Matilde Fluixá, me la recomendaron en la RESAD (Real Escuela de Arte Dramático) al no aprobar los exámenes de ingreso. Fue una faena, pasé todas las pruebas menos la entrevista personal y me vine abajo. Aun así no hay mal que por bien no venga y Matilde me abrió el camino a la interpretación y oí por primera vez hablar de Stanislavski y su método de interpretación. Curiosamente me volví a reencontrar con Matilde en La que se avecina dónde ella interpreta el personaje de «Tránsito». Me hizo una ilusión tremenda volver a verla y poder trabajar con ella. Nunca olvidaré sus enseñanzas. Posteriormente amplié mis estudios con otra maestra que nunca olvidaré , la argentina Gina Piccirilli.
Trabajar, trabajar y luego trabajar.
La vanidad, el exceso de ego y la ignorancia.
La vocación, la paciencia y la lealtad.
Anteriormente había hecho ya algún trabajo de publicidad, creo que en 1995. Llevo más de veinte años en la profesión de los cuales 15 de ellos viviendo única y exclusivamente de ella. No es fácil vivir de lo nuestro así que me considero un absoluto privilegiado, pero ésto sólo ocurre con esfuerzo. En esta profesión no regalan nada a nadie y cuando hice Bent fue porque le pedí dinero prestado a mi padre para comprar los derechos de la obra, ya que en esa época yo tenía mi empresa de decoración y casi había abandonado por completo la profesión. Las casualidades no existen o al menos eso creo, pero un día de representación de esta obra entre el público estaba sentada Elena Arnao, la directora de casting de Aquí no hay quien viva y La que se avecina, a los pocos días mi representante me dijo que ella me quería ver para hacerme una prueba y me propuso hacer un personaje episódico en Aquí no hay quien viva… Lo hice y lo demás vino rodado.
Yo lógicamente tenía muchísimos nervios y el día anterior al rodaje estuve a punto de llamar a mi representante para decirle que no me veía capaz, que tenía miedo de hacerlo mal. En aquel entonces Aquí no hay quien viva era visto por siete u ocho millones de personas y yo estaba cagado de miedo, pero afortunadamente le eché valor, fui al rodaje, hice mi trabajo y conocer a mis compañeros fue mágico, me trataron como a uno más, me dijeron que les gustaba mucho como había compuesto a «José María» y ahí vi que a Laura Caballero le gustaba lo que estaba haciendo. Me volví a casa muy satisfecho con el trabajo e intuí que me volverían a llamar para el siguiente capítulo y así fue. Entré en esa serie para un sólo capítulo e hice 13. Fue una de las épocas más felices de mi vida. Cumplí un sueño.
Te puedes imaginar lo que es ir por la calle de cualquier ciudad o pueblo… Es una sensación indescriptible. Llevo representando a «Coque» 13 años de mi vida divididos en 12 temporadas. La serie no sólo triunfa en España, sino también en países como Bulgaria dónde es número 1, Cuba, Venezuela, Chile, Colombia… Hemos llegado muy lejos y me siento orgulloso no sólo de la serie y de nuestro trabajo sino de toda la ficción española que es número 1 en todo el mundo.
Es un paso más en mi profesión. Siempre soñé con tener mi propia compañía de teatro o mi productora y por fin desde 2017 la tengo. Yo sabía que ningún director o directora de casting me llamaría para representar un drama y no quería quedarme esperando la oportunidad, así que hemos creado la obra Juguetes Rotos con un éxito de crítica y público impresionantes que protagonizo con Kike Guaza y que nos ha llenado de premios a los dos. Hemos coproducido la obra Conductas Alteradas dirigida por Natalia Mateo y protagonizada por Canco Rodíguez y Ana Morgade, una comedia que habla de las carencias de la sociedad actual y la falta de comunicación con nuestros hijos, y también hemos producido dos piezas audiovisuales, Cariño de Angel Gómez y que coprotagonizo con Macarena Gómez y Rosa Álvarez, dos actrices extraordinarias y Mujer y Filipina, de Luis J. Barroso un corto rodado en plano secuencia que anteriormente había sido un éxito en el Microteatro de Málaga. No puedo estar más satisfecho con todo ésto.
Empiezo por el final, soy yo quien acude a Carolina Román para encargarle un proyecto teatral, nos conocíamos desde hacía muchísimos años, pero nos habíamos perdido la pista aunque yo ya había leído críticas muy buenas con respecto a su trabajo en el teatro y eso me llevó a llamarla. Nos reunimos justo en la puerta del Teatro Español de Madrid y eso nos dio mucha suerte. Ella estaba embarazada de su hija Ona y recuerdo que hablamos de que iba a parir no sólo a una hija sino también una obra de teatro. Y así fue como comenzamos a gestar Juguetes Rotos. Conocer a Kike Guaza ha sido una grata sorpresa, es un actor muy completo, muy buen actor, puede hacer lo que le venga en gana. Disciplinado, generoso, buen compañero, no me extraña que los críticos se hayan rendido a sus pies. Hemos estado nominados a los Premios Max y a los de la Unión de actores ganando estos últimos y nos han otorgado un premio muy especial a Mejor actor Exaequo para los dos en el Festival La Garnacha de Haro en La Rioja, mi tierra.
La necesidad de contar algo que no se había contado anteriormente en teatro. Juguetes Rotos ahonda en el alma y en el cuerpo de Mario y de Dorín y el público se estremece en cada minuto de la función.
Creo que los artistas debemos involucrarnos a nivel personal con los problemas que nos ha tocado vivir y dar voz a quien no la tiene. El teatro puede ser muchas cosas, pero también debe exponer a la sociedad su propio reflejo en lo bueno, lo malo y regular.
Desde pequeño he visto gran cantidad de películas en mi casa. Desde los clásicos de Hollywood hasta nuestros clásicos. Lo he visto todo. Han sido tantos los que me han marcado… Jack Lemmon, Glenn Ford, Orson Welles, Federico Fellini, Giulieta Massina, Sofía Loren, Ava Gadner, Vicent Cassel, Isabelle Hupert, Alfredo Landa, Francisco Rabal, María Félix, Terele Pávez, Almodóvar, Carmen Maura, Glenn Close, Al Pacino, Glenda Jackson… Infinidad. La lista sería muy larga. He visto muchísimo cine desde niño. Películas que no eran recomendadas para menores y que yo ya las veía. Echo de menos en los jóvenes que quieren ser actores la ausencia total de conocimientos de los clásicos, de quienes nos han precedido. Considero fundamental estudiar historia del cine y el teatro para asentar unos cimientos básicos de cara al futuro que les espera como profesionales.
Desgraciadamente es un problema muy dificil de erradicar desde el punto de vista educativo. Normalmente un acosador no actúa sólo, actúa en manada, y esa manada se convierte en cómplice. Si éstos últimos no existieran el acosador se vería sólo en sus objetivos y dejaría de actuar con impunidad. Lo mismo pasa en la familia, cuando los padres reciben la llamada del centro advirtiendo del comportamiento del hijo éstos no lo creen y niegan hasta con pruebas la culpabilidad de su vástago. Hay padres que creen que sus hijos son dioses y los educan en el error de que la vida pisando a los demás es mucho más fácil y llevadera y lo que están formando es un monstruo que terminará devorándolos a ellos mismos. Afortunadamente ahora el tema es mucho más visible gracias a las redes sociales y medios de comunicación y todo el mundo está sensibilizado con el tema. Pero partamos de la base de que la labor de los padres es fundamental para paliar éstos comportamiento.
Ayer vi Hogar en Netflix y os la recomiendo. He visto muchísimas películas y series en este confinamiento. Me he puesto al día. En cuanto a la ficción española podemos presumir de su calidad y de cantidad. Somos número 1 en el mundo. Y eso hay que contarlo y celebrarlo pese a que un sector de la sociedad cuestione todo el rato la labor necesaria de la cultura haciéndonos de menos a los profesionales que trabajamos en ella o intentando tergiversar cifras e información.
Os voy a recomendar las Memorias de Françoise Hardy. Es una cantante francesa que a mí personalmente me parece fascinante y también recomiendo cualquier libro de historia que sea creíble y no novelada. Soy un apasionado de las biografías de reyes y reinas, sin duda os recomiendo la de la reina María Estuardo escrita por Stefan Zweig.
Entrevista a Nacho Guerreros: Álvaro Panadero