Stephen King, un escritor de cine

Stephen Edwin King se ha convertido en las últimas décadas en una marca propia, consiguiendo lo que pocos autores logran, ir más allá de su primer éxito. En la actualidad hemos sido testigos de varios «booms» literarios que también han contado con una o varias adaptaciones audiovisuales, como es el caso de J.K. Rowling, Dan Brown, Stephenie Meyer o Stieg Larsson. La cuestión es… ¿habrá vida después de Harry Potter, Robert Langdon o Bella y Edward? La respuesta es menos complicada en el caso de Lisbeth Salander ya que el autor de Millenium falleció antes de ver publicada su trilogía.

King nació en Portland (Maine), este hecho ha impregnado su obra de ciertos elementos ambientales como la niebla, la humedad, la tradición pesquera, el hermetismo de los pueblos, la arquitectura colonial, la férrea tradición de los núcleos rurales o el oscurantismo propio de la América profunda; pero por otro lado la mayoría de su producción literaria encierra algo universal, el miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a nosotros mismos, miedo a la muerte, a la soledad, a las consecuencias… pero en definitiva, miedo.

Desde Carrie (1974) -su primera novela-  hasta La Cúpula (2009) -la penúltima- el cine y la televisión han visto en el escritor de Portland una fuente de inspiración, como ya comentamos con La Torre Oscura. Algunas de éstas adaptaciones han contado con directores de renombre que las han catapultado al eslabón de los clásicos del celuloide, véase la propia Carrie (1976) bajo la batuta Brian De Palma, y es que en las retinas de todo cinéfago permanece inmutable una Sissy Spacek bañada en jarabe de maíz.  Después vendría Stanley Kubrick, El Resplandor (1980), que regaló a Jack Nicholson varias de las escenas más memorables del cine de terror como cuando asoma su cabeza a través de las dentelladas del hacha en la puerta.

A la ecuación de King + cine = éxito se unió el padre de los muertos vivientes, George A. Romero, con Creepshow (1982) y La Mitad Oscura (1993). El gran David Cronenberg se encargó de los poderes psíquicos tras un prolongado estado de coma en la Zona muerta (1983), que también llegó a la televisión como una serie de 6 temporadas. Otro referente del cine de terror, John Carpenter, que llegaba de dirigir hitos de la gran pantalla como Asalto a la comisaría del Distrito 13, La Noche de Halloween, La Niebla o La Cosa, asumía el volante de Christine (1983).

Mención aparte merece Rob Reiner ya que se encargó de dos títulos míticos, uno fuera de la atmósfera de lo fantástico: Cuenta conmigo de 1986 (con un jovencísimo River Phoenix) y uno de los saltos al cine de King más respetados por la crítica: Misery (1990). En el papel de la fan número 1 de Paul Sheldon, Annie Wilkes, nos sorprendía una brillante actuación de Kathy Bates que le valdría un oscar y un globo de oro. Tiempo después encarnaría a Dolores Claiborne en Eclipse Total (1995), otra novela de King que dirigió Taylor Hackford.

Frank Darabont con Cadena Perpetua (1994) y La Milla verde (1999) se ganó un hueco dentro del mundo de las adaptaciones que no se convirtieron en fiasco de 34 mm, ambas transcurren en un ambiente carcelario y cuentan con un elenco sobresaliente. Y para cerrar el capítulo reseñaremos La Tienda (1993) de Fraser Clarke Heston, principalmente por la actuación de Max von Sydow, y Apt Pupil (1998), o Verano de Corrupción, de Bryan Singer.

La pequeña pantalla tiene actualmente en emisión Haven, también basada en una obra de Stephen King, y según la revista Variety, la Warner Bros con Lin Pictures planean producir una nueva versión de IT, esta vez rumbo a las salas de cine, y que no contará con ese entrañable Tim Curry en el papel de Pennywise porque… «no todos flotan aquí abajo».