Euphoria» se estrena esta semana en HBO Max. El primer episodio de la serie llama la atención, (alerta de spoiler) con una mujer que sale de un coche, entra en un club con una pistola y dispara dos tiros a centímetros del pene erecto de su objetivo. Este es sólo un ejemplo de la falta de concesiones que el guionista dará a lo largo de la temporada.
Dos años después de la primera temporada, el primer episodio de la segunda tiene lugar en Nochevieja. Unos días después de dos episodios especiales, uno centrado en Rue y otro en Jules. Tras el inicio en el que conocemos los orígenes de Fez (Angus Cloud) y se insinúa que veremos más del joven -tiene su propia subhistoria con su rivalidad con Nate (Jacob Elordi)-, pasamos a un momento peligroso para Rue (Zendaya) y su amiga antes de ir al baile que es el corazón de la premiere de esta temporada.
A pesar de llevar dos años sin salir, se mantiene la continuidad
Interesante porque aunque el tiempo ha pasado para nosotros y los actores, no ha pasado para los personajes. La primera temporada comienza con las vacaciones de verano y termina con la Navidad. Los días han pasado, pero las emociones permanecen. Levinson, que se encarga de escribir y dirigir cada episodio, no pierde el tiempo para recordarnos dónde estamos.
Para los adolescentes, las pasiones son fugaces. Son montañas rusas de impulsos. Pero su viaje personal es permanente, profundo. La profundidad que Levinson da a la relación de Jules y Rue hace que la serie sea aún más compleja. Sí, los altibajos de esta relación, sus adicciones y cómo lo condicionan todo forman parte de una historia muy importante.
Ya no sólo son importantes los problemas físicos. Temas como las dificultades de Cassie (Sydney Sweeney), la búsqueda de identidad de Lexi (Maude Apatow) y la baja autoestima de Kat (Barbie Ferreira) también son cruciales.
Los primeros episodios de la segunda temporada, tienen una intencionada sensación de desorientación. Más por la trama, las situaciones extremas y los personajes desesperados que intentan ser escuchados una vez se les pasa el efecto del alcohol y las drogas, que por el desgaste de lo que nos encontramos con una temporada decididamente más madura.
Más experimentados, pero aún con los signos de la ficción, algunos de ellos (como ese necesario alivio cómico) parecen haberse potenciado tras ver la respuesta del público a ‘Genera+ion’. O también en sus momentos de ruptura de la cuarta pared, haciendo un juego de metaficción autoconsciente en el que sus personajes (especialmente Rue) no son modelos a seguir.
De todas formas esta segunda temporada de «Euphoria» no se libra de ser autocomplaciente. Por muy bueno que sea Jacob Elordi, Nate no parece una persona real por los clichés en los que se basa. Algo grave cuando es la figura eje de todos los personajes.
Este estreno de la segunda temporada de Euphoria tiene mucha fuerza
Esta serie (cómo todo en la vida) tiene algunos defectos, pero el excelente reparto y la dirección lo compensan con creces. Sam Levinson demuestra su oficio y maestría en la dirección. Hace un gran uso de la iluminación, del movimiento y de dejar que la imagen hable por sí misma. Especialmente cuando trata de reflejar los momentos internos de los personajes.
