Tic, tic, tic – Impresiones de la 5ª temporada de «Dexter»

El viaje de la quinta temporada de «Dexter» ha llegado a su fin, comenzó algo dramático, lacrimoso, y en algunas ocasiones rozó el simplismo, pero pronto retomó el vuelo de capítulos anteriores y  pupilo aventajado de Harry regresó con más fuerza, con más «hambre».

Atrás dejamos a uno de los personajes más entrañables de la serie, y por qué no decirlo, también uno de los más prescindibles, Rita Bennet. Su muerte trajo consigo un bagaje que ha obligado a Dexter a realizar verdaderos trucos de magia y malabares para poder compaginar su rol de padre con su «pasajero oscuro«, entonces los guionistas eliminaron ciertos «anclajes» del serial killer de Showtime con algunos cambios, uno de ellos fue la actitud de su hija adoptiva (Astor) que se volvió arisca, tanto que se la quitaron de encima junto a su hermano Cody mandándola con sus abuelos al país de Nunca Jamás. Una especie de stand by que sufren muchos personajes cuando no aportan nada a la trama, pero que luego regresan puntualmente para «entretener».

Dexter pudo materializar su catarsis por la muerte de su compañera a través de la venganza de su nueva «inquilina», Lumen. Una joven sureña a la que un grupo de psicópatas rapta y que después de grabar los abusos y las técnicas de tortura a las que la someten la dan por muerta, pero casualmente su camino se entrelaza con el de Dexter y éste acaba salvándola iniciando así una historia diferente, de sentimientos encontrados, que personalmente es lo que más me ha atraído de esta season 5.

Si bien nos ofrecieron pinceladas de cómo se conocieron Rita y Dexter a través de flash-backs en los primeros capítulos, a modo de despedida de la actriz Julie Benz, hemos sido testigos de excepción desde el comienzo de la conexión entre Lumen y nuestro protagonista, y es que desde la escurridiza pirómana de la 2ª temporada, Lila West, no habían introducido ningún personaje femenino con tanta profundidad. Lumen despierta en el espectador ternura, empatía, casi empujamos sus manos cuando empuña el cuchillo de Dexter y lo hunde en el pecho de alguno de sus captores. Pero su rol va más allá, su complejidad nos muestra su vida antes de su encuentro con «los chicos de Jordan Chase» y el después.

Quizá mi vena más romántica anhelaba que la pareja permaneciese unida después de asesinar y descuartizar al «artista antes conocido como Eugene Greer» y a los otros 4 hombres que salían en la foto que tomó Emily en el campamento. Sin embargo no fue así, Lumen decide marcharse, sólo espero que regrese del País de Nunca Jamás en algún momento de la 6ª temporada, eso sí sería una verdadera sorpresa.

Además hemos tenido una crisis matrimonial entre Batista y LaGuerta, una subtrama puramente de relleno a estas alturas; un personaje (Quinn) que ha rozado con la punta de sus dedos la posibilidad de desenmascarar al asesino más activo de Miami, aunque esta vez los productores han decido que permanezca en el elenco y no tenga un final como el de Doakes; y una Deb más humana. La T6 se presenta llena de emociones.